El amor no entiende de edad y el Carnaval tampoco

La Revista «Cuatro Círculos» nos visita para hacerse eco de nuestra fiesta de carnaval:

 

Cuatro Círculos es un magacín para jóvenes de todas las edades. Por eso no hemos querido perdernos cómo celebran el Carnaval nuestros mayores. El Centro Residencial Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Santa Fe (Granada), nos ha invitado a vivir esta fiesta con residentes y familiares.

Los residentes se reunieron en el salón principal como cada tarde, pero en esta ocasión les acompañaron todos los trabajadores del centro junto con los familiares y amigos que no querían perderse el evento.

El tradicional concurso de disfraces que organizan en estos días de Carnaval colmó el ambiente de color y alegría pero, sobre todo, de muchas risas y diversión. Presentado por Inmaculada Molina, la trabajadora social del centro, con la colaboración de algunos emoticonos de Whatsapp (el original disfraz de las auxiliares), la tarde fue desarrollándose con el desfile de todos los concursantes, quienes estaban divididos en cuatro categorías:

Residentes: entre los que pudo verse a Blancanieves, una dama medieval, Napoleón y Minnie, entre otros.

Familiares: donde destacaron unos hippies con mucha marcha y unos enfermeros.

Trabajadores: entre los que sobresalió Sandy, la famosa rubia de la película Grease. El trabajador fue recompensado por su atrevimiento y por el baile.

Infantil: la categoría con más variedad de disfraces. Elsa (Frozen), Kinder sorpresa, Rey León, un payaso o un pececito. No dudaron en acercarse a romper una piñata llena de chuches.

[Not a valid template]

 

Entre tanta diversidad eran necesarios unos jueces que votaran al mejor disfraz para conceder los premios, y no fueron otros que quince de los residentes escogidos al azar. Bien es sabido que en una fiesta hay ciertos elementos que no pueden faltar. La música y sobre todo el baile fueron grandes protagonistas.

Desde los más pequeños de 4 años, pasando por los de 30 hasta aproximarse a los 100 años, estuvieron bailando y riendo juntos en un ejemplo de convivencia intergeneracional. Es bastante evidente que la edad no es más que un número, que las ganas de vivir y de disfrutar, y la ilusión son lo que siempre mantenemos jóvenes.

Comentarios cerrados.